Una sátira en torno a quienes pretenden erigirse en salvadores de la humanidad, de los pobres crédulos que abonan sus esperanzas en las efímeras promesas de aquellos que aspiran a su pequeña cuota de poder para consolidar su ego y sus ambiciones ocultas. Armada - la alegoría- con figuras del inolvidable Picasso y el maestro Guillermo Trujillo; también con símbolos del mundo moderno y algunas de sus lacras ( el código de barras y la imagen omnipresente del dólar, la urna electoral y la ranura de una alcancía de valores inconfesables).