La censura resulta aún más peligrosa y despreciable cuando camina de la mano con la hipocresía. ¡Cuántos pregoneros de la virtud ciudadana y personal cuyas virtudes no pasan de ser una mascarada endeble que ni siquiera alcanza a cubrir sus miserias! Cuántos modelos de virtud para quienes la única verdad es la propia. Este acrílico sobre cartón está inspirado en tantos personajes, "modelos de probidad y virtud ciudadana", que ejercieron, ejerceny seguirán ejerciendo la santa cátedra de la censura, cuando estaban llamados a vivir los postulados de la libertad de expresión. ¡Santas traiciones!
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